Rudy Giuliani, el exalcalde de Nueva York que por sus políticas contra la delincuencia se convirtió en uno de los gurús de seguridad en el mundo, está en Colombia desde el lunes. En su agenda hay varias reuniones con los principales responsables de la lucha contra el crimen en las ciudades.
Giuliani asegura que aunque falta en materia de seguridad urbana, lo alcanzado por el país frente al narcotráfico y los grupos armados es un ejemplo para el mundo. “Se logró lo que parecía imposible”, dice.
Creo que es bastante posible si se mira lo que Colombia ha alcanzado en términos de los grandes problemas, como los carteles de la droga. Se logró lo que parecía imposible hace quince años. Era un país que estaba en riesgo de ser tomado completamente por los terroristas, y ustedes lo recuperaron. Ahora, el reto está en los otros crímenes, también graves, como el homicidio, el hurto, la extorsión, el secuestro, el tráfico de drogas… Si se utiliza el mismo nivel de determinación que se usó con los narcotraficantes, van a tener éxito. En mi opinión, su Gobierno está haciendo una buena transición hacia la lucha contra esos problemas.
En Buenaventura, ciudad muy golpeada por la violencia, se ha optado por la militarización. ¿Es una estrategia que funciona?
Un área urbana se militariza solo cuando está totalmente fuera de control. No debería ser la norma sino la excepción.
¿Qué tanto pesa el uso de nuevas tecnologías en la reducción del crimen?
La tecnología es fundamental. Debe partir de buena información sobre la criminalidad y mantener una estrategia flexible, que permita mover los recursos en la medida en que los criminales migran de una zona a otra. Las cámaras de seguridad, por ejemplo, ayudan a la identificación de los criminales, pero además a largo plazo sirven para disuadir. En Estados Unidos, el robo de bancos era un crimen muy común hasta que se instalaron cámaras. Otro frente son los carros de la Policía, que deben estar equipados con las mejores comunicaciones y la mejor tecnología. También es necesario considerar el tema del ADN: cómo expandir el análisis de las escenas del crimen y poder aprovechar esa herramienta para identificar a los criminales.
¿Qué piensa de políticas que proponen no cárcel para los delitos menores, como el hurto?
Si se tiene una criminalidad alta la respuesta no es dejar salir a la gente de la cárcel, sino tener más capacidad en las prisiones. Cuando se reduce el crimen ya se pueda hablar de reducir el tamaño de las prisiones.
¿Cómo fue la experiencia en Nueva York?
Había el temor de que íbamos a llenar las cárceles de gente. Y sí fue así, pero después vimos los resultados. Algo que ayudó en los Estados Unidos fue la ley que establece que cuando alguien cometía el tercer crimen serio o grave lo metían preso por muchos años. Y funcionó, porque así cayeron los criminales de carrera. Si ellos salen de la calle se reduce mucho el crimen. Eso ha sido muy efectivo en EE.UU. en los últimos 20 años.
¿Cómo manejar el tema de la percepción de inseguridad?
La percepción está rezagada frente a la realidad en unos dos años. Yo uso mi experiencia como ejemplo: nos tomó casi tres años de reducciones importantes para que la gente lo empezara a sentir. Es normal. Pero en la medida que se reduce el crimen, poco a poco la gente lo cree.
Colombia pasó de productor de drogas a consumidor. ¿Qué tanto influye esa realidad en el delito?
Muchísimo. Las actividades de la droga generan una alta criminalidad: se calcula que el 70 por ciento del crimen en Nueva York gira alrededor del tráfico. Ustedes son víctima de su propio éxito: hace 20 años estaban luchando por recuperar su país, ahora que lo lograron están buscando el control de las calles, que es difícil, pero si se sigue la misma estrategia, se puede. Yo uso el caso colombiano como ejemplo. Ustedes tienen una historia para contar, a pesar de que no han eliminado el crimen totalmente. La de Colombia es una historia de éxito. No significa que ya llegaron, pero no se imaginan lo difícil para un país en su situación lograrlo. Otros habrían fracasado; deben sentirse orgullosos.
¿Qué le falta a Colombia en este campo?
Colombia tomó la decisión como Gobierno y sociedad de tomarse el asunto de la seguridad como una prioridad. Si uno mira las estadísticas, la Policía ha sido muy efectiva, pero es importante ver cómo están trabajando los fiscales, los jueces y las cárceles. Ver cuántas de las personas que la Policía está arrestando son judicializadas rápidamente, cuántas van a la cárcel, cuántas por un tiempo suficiente. Ahí es donde toca hacer cambios, porque la parte policial está moviéndose en la dirección correcta, pero hay que evaluar cómo está el sistema de justicia. La única manera como se reduce el crimen es cuando se toma la decisión desde arriba, cuando es una política de Estado. Hay disposición política para aumentar la Policía y de trabajar en conjunto, pero falta poner el mismo énfasis en la parte de los fiscales. Debe aumentar la efectividad de la judicialización.
Colombia está en un proceso de paz con las Farc. ¿Cómo se debe preparar el país para el posconflicto?
Colombia ya tuvo procesos con grupos al margen de la ley en el pasado. Y ya han reintegrado a la sociedad a excombatientes y han sido exitosos. Si usan ese modelo sería bueno. Tienen suerte de haber tenido esa experiencia que ahora podrán aplicar en el posconflicto con las Farc.
¿Cómo evitar que los que dejan las armas vuelvan a delinquir?
Es probable que no todos dejen las armas. Frente a eso hay que mejorar las estrategias, garantizar opciones de educación, de buenos espacios públicos. Ustedes deben tener un programa (de reintegración) bien planeado, estructurado. Pero repito, tienen la ventaja de que ya han hecho mucho. Tomen lo que ya hicieron y mejórenlo.
Fuente: EL TIEMPO